Miercoles, 13 de Abril de 2011
Sin lugar a dudas, el pueblo paraguayo que habita hoy estas tierras guaraníticas, lleva dentro de sí una gran herencia cultural guaraní la que ya ha entrado en la gesta histórica de la Independencia y ha seguido marcando e impulsando a todos los intentos populares de independización a lo largo de los últimos dos siglos. Demostrar este legado es propósito de esta primera parte de nuestra pequeña investigación.1
- La Conquista española y la Resistencia guaraní
El proceso de la Conquista española ha causado una nueva cultura y civilización. En nuestro caso, especialmente la cultura guaraní ha entrado activamente en este proceso por su espontáneo contacto inicial con los conquistadores españoles. Según Branislava Susnik, “el fenómeno de la conquista es un fenómeno humano…que representa el primer paso en la formación de todas las civilizaciones…lo que significa el cambio sociocultural y sociopolítico. La conquista…siempre es el inicio de una nueva fase de la civilización. Ya antes de la venida de los españoles, en este Continente habían conquistas como la incaica, la azteca, la maya”2. Y con aquel intento de conquista y dominación de los españoles, van mano a mano los múltiples intentos de los guaraníes de independizarse de la colonización para recuperar su autonomía política.
En este sentido, los próceres del 14 de mayo, en su gran mayoría mestizos guaraní-españoles, aportaban una fuerte herencia guaranítica de resistencia y lucha por su independencia de trescientos años, es decir, desde la conquista y sucesiva colonización hasta la liberación de la corona española.
- La Resistencia Guaraní comienza con la lengua
Hay que tener en cuenta que en la región Cono Sur, la organización de los pueblos indígenas y el concepto occidental de Estado son dos realidades diametralmente opuestos. Esto hace comprender “la problemática de relaciones y la dialéctica en los conflictos que marcaron lo doscientos años del Paraguay Independiente y que seguirán marcándolos por mucho tiempo más” (Zanardini).
Al llegar los españoles por el río Paraguay a lo que hoy es Asunción, ellos fueron bien recibidos por los carios guaraníes. Estos habitantes originarios al comienzo, les dieron el nombre karaí que se aplicaba a personas o cosas sagradas; fue a la vez la designación para cristianos referente a su religión. Pero pronto, al cambiar el comportamiento de los españoles, el término se llenó de ambigüedades. Pues, más adelante a medida de las contradicciones en el proceso colonial, éste término karaí y con él el de cristiano y más delante también el de bautizado, perdió su significado original y se llenó de desprecio: Montoya (1639) observa en su época que karaí significa astuto, mañoso lo que los guaraníes antes aplicaron a los hechiceros malos3, pero ahora a los españoles cristianos.
Este cambio de “amigos y cuñados” en“enemigos e invasores” que se refleja en el cambio del significado de karaí, se puede interpretar como un primer intento de toma de consciencia guaraní de distanciamiento y oposición interior, aún desapercibido por los españoles, lo que estimulaba el deseo de independizarse de los mismos. Aquel desprecio a los invasores se expresa en una carta dirigida a España de un conquistador: “llegamos así a que los carios nos llamen ladrones, adúlteros y sinvergüenzas”4. La lengua guaraní que finalmente ganó en una “conquista espiritual” a los españoles, haciéndoles hablar la lengua del “vencido”, lengua que hasta hoy hablan los paraguayos, es una máxima expresión de independización interior del frustrado intento de imponer con la lengua al vencido pensamiento, palabra, saber y cosmovisión del vencedor.
En la medida en que aumentaban dominación y explotación, creció en los guaraníes la resistencia, con el sueño de recuperar su soberanía.
- La Independencia se manifiesta como inherente al Guaraní
Siempre se habla en la historia oficial de las armónicas alianzas y tratados hispano-guaraníes y del mestizaje romántico guaraní-español, pero se suele olvidar los numerosos levantamientos y rebeliones guaraníes. Según Meliá6 entre 1537 y 1616 había nada menos que veinticinco rebeliones guaraníes contra la colonización española, signo claro de querer independizarse.
Los guaraníes buscaron de diferentes maneras liberarse del yugo de la opresión; no suportaron la imposición de una cultura ajena, necesitaban volver a ser verdaderos guaraníes y esto significaba: ser independientes. La nueva explotación con la encomienda (1556) amenazaba seriamente con la destrucción de todo su sistema cultural. Muchos huyeron al monte en busca de libertad, volviendo a las tradiciones de su cultura. Surgieron desde el monte varios movimientos mesiánicos con el fin “que tornen…a sus cantares pasados, a que son inclinados de su naturaleza”7. Bartomeu Meliá comenta poético-proféticamente que ”Durante décadas los guaraní cantarán la epopeya de su libertad amenazada en sus danzas de liberación; y la represión colonial será despiadada”.8
En una ocasión se preparó un gran motín contra los españoles para el cual se unieron varios caciques (de Acahay, Quindy, Quyquyo, Caazapá y otros) y quizás hubieran conseguido la ansiada independencia si no hubiesen sido traicionados por una sirvienta guaraní. Como siempre, la razón última de aquella rebelión ha sido la recuperación de la dignidad guaraní, ya que fueron tratados, en vez de como parientes, como tapi´í que significa esclavo, ser menor a quien se puede imponer la lengua del opresor.
Otra grande revuelta guaraní desencadenó el cacique Tavaré cuando los guarambarenses bajo su cacique Aracaré, se negaron acompañar a Alvar Nuñez Cabeza de Vaca en una expedición al Chaco. Como castigo de esta rebeldía, Alvar Nuñez ordenó el ahorcamiento del cacique. Frente a este hecho, los parientes del asesinado, por su principio de de reciprocidad, se unieron bajo el mando del cacique Tavaré, a vengar la muerte de su familiar. Sin embargo, el poder de las armas de fuego fue superior al de los arcos y flechas. Tavaré se sintió obligado solicitar la paz a los españoles al ver que la mayoría de los suyos huyeron al monte. En aquel momento histórico había entre españoles y guaraníes una inversión en la concepción de independencia.de la siguiente manera:
Mientras que guaraníes se habían articulado para vengar la muerte indignante de uno de los suyos, por un gran sentido de dignidad e independencia, los españoles de Asunción, tomaron preso a Alvar Nuñez y le enviaron como reo a España por una causa vergonzosa: pues Alvar Nuñez había intentado imponer una reglamentación sobre el trato de los indios. Pero sus compatriotas buscaban una independencia individual para poder “ir a su manera y con su manera a civilizar a los indios”9. Susnik menciona que “por primera vez corrió en Asunción el grito de “libertad”10, pero aquí se trata más de una búsqueda de independencia para el libertinaje (“libertad para civilizar”), mientras que los Caciques guaraní y su gente arriesgaron y dieron su vida para la independencia de la cultura y soberanía de su pueblo. En los ojos del conquistador ellos eran rebeldes, insurgentes y desobedientes al levantarse contra el sistema colonial y ajeno a su cultura. Hoy día es un derecho reconocido universalmente por las NNUU.
- El fondo religioso de la Independencia guaraní
La fuerza de rebelarse en busca de recuperar la independencia sacaron los guaraníes de su profundo amor a la cultura guaraní la que es para ellos don de Dios. Hasta hoy podemos escuchar decirles: “Ñanderuvusú/Ñamandú nos hizo guaraní y debemos vivir y morir como guaraní”.
La gran mayoría de las rebeliones guaraníes fueron impulsadas por motivos mesiánicos, que surgieron de su tradición religiosa, lo que para los cristianos significaba claramente una herejía: “volvían a sus idolatrías, profanando el santo bautismo” (1577) o: “por causa de ciertos cantores que con sus cantos les hacen cometer algunas ceremonias y ritos con que se apartan del servicio de Dios y no vienen a servir a sus encomenderos” (1589). A partir de la reafirmación en sus propias tradiciones religiosas, los guaraníes lucharon principalmente por la liberación del trabajo de servidumbre.
El caso más famoso de levantamiento religioso es el de Overá, indio bautizado y “señor de la palabra”. Overá se presentó con rasgos mesiánicos como salvador de su pueblo. Se proclamaba “hijo del verdadero Dios”, quien vino por la liberación de su pueblo. Propuso que fueran borrados los nombres españoles a todos los guaraníes que les habían impuesto los cristianos y que volvieran al bautismo de ellos en sus antiguos ritos, en que el chamán les diera un nombre guaraní. En aquellos momentos, los guaraníes recomenzaron a cantar y bailar. Según sus antiguas tradiciones.
Estos numerosos levantamientos de motivo religioso, fueron la respuesta profética a una indebida dominación. Más que un mero intento de liberación política del régimen colonial, ha sido una búsqueda de volver a ser ellos mismos, es decir, a ser guaraníes, y esto solamente se iba a conseguir con plena independencia, la que incluye “una afirmación a su identidad y una voluntad de autenticidad, permaneciendo en el modo de ser tradicional, específicamente religioso”11.
Aquí se confirma la palabra de un indígena iroquese:“La conciencia espiritual es la más alta forma de política”. Podemos concluir que los múltiples intentos guaraníes de independización en la época colonial fueron impulsados por el sueño de revitalizar los mitos y ritos tradicionales de propia cultura. Encontramos aquí un concepto de independencia que es inherente al guaraní y que será la gran herencia transmitida al pueblo paraguayo mestizo..
- Época de la Independencia: Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia
En la época de la Independencia predominaban en el Paraguay, la cultura y el pensamiento europeos. Dr. Francia, marcado por la corriente europea, daba mucha importancia a un esquema político centralizado en el Estado que constituye la matriz del hombre paraguayo. El Estado como Sociedad Política precedía para él a la Nación12, que apunta a la formación de una nación uniforme y monocultural. Estos postulados político-ideológicos del Dictador Supremo ayudan a comprender mejor su política indigenista (Zanardini).
También Paraguay, como muchos pueblos de América, para conseguir su independencia política del régimen colonial, se apoyó en la utopía de la revolución francesa:“Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Sin embargo, la deseada “igualdad” se redujo finalmente a uniformidad y homogeneidad cultural “nacional” que no dejó espacio para los “otros” como los pueblos indígenas. Desde 1811 hasta 1981 el Estado paraguayo había intentado incorporar a los pueblos indígenas a la sociedad nacional dentro del concepto de una Nación mono-cultural y desarrollaba consecuentemente una política integracionista que apuntaba a la asimilación plena de los “indios”.
Esta concepción justificaba la represión, marginación y lucha contra los distintos, lo que llevó finalmente a la intolerancia y exclusión y terminó más adelante con la fiscalización de los territorios y patrimonios indígenas en época de Carlos Antonio López 184813.
- Trato de Dr. Francia a los Indígenas
Entre 1814 y 1816 el Estado paraguayo desató tres guerras contra los indígenas Mbaya y sus aliados, los Guaná del norte del país. Dr. Francia puso el General Ibáñez al frente de la campaña bélica, e en una correspondencia con dicho general tilda a los indígenas de “barbaros y enemigos”, mientras que Ibáñez los llama “infieles” y “nuestros invasores”. Como hijo de su época, Francia consideraba los valores de la sociedad europea como universales y como medida para todas las demás culturas. Con este concepto automáticamente fue excluido todo lo diferente. Frente a esta postura nos asombra el tratado de paz entre Dr. Francia y el cacique Calapá´mi, Este convenio de ayuda mutua en caso de ser atacado una de las dos partes, refleja cierto respeto (cf. anexo). Indirectamente nos transmite el reclamo y la pelea de aquel Cacique Calapa´mi frente al Jefe Supremo, por igualdad de derechos que manifiesta cierta valentía al jugarse por la vida de su pueblo y resalta la milenaria conciencia de dignidad. Es llamativo que un indígena podía conseguir la denominación de “nación amiga” para su pueblo y que el Cacique sea reconocido como “Representante de su nación y parcialidad” lo que pone su pueblo a la altura de la Nación Paraguaya, manteniendo la diferencia.
- Las Tierras Indígenas en época francista
En lo referente a los territorios indígenas, varios autores mencionan el Censo Catastral de las propiedades, ordenado por Dr. Francia en 1825. Todo ciudadano y toda institución debían presentar titulo de propiedad o algo que validara la posesión de su tierra. Todo territorio no reclamado por nadie, pasaba automáticamente al Estado Paraguayo, como tierra fiscal de la que el Estado podía disponer libremente. Salta a la vista que con semejante disposición muchos indígenas perdieron sus territorios. Sólo los veintiún pueblos establecidos en tiempos de la colonia, podían estar seguros de sus tierras y patrimonios14.
A pesar de la corriente filosófica de aquella época con un concepto mono-cultural de la nación, que había llevado al Dr. Francia a esta política integracionista, predominaba todavía más el sentido de justicia e igualdad en él, motivado por su pasión de formar una nueva patria con ciudadanos libres. Un botón de muestra de esta actitud es la Orden del Dictador de que el Cabildo de Asunción nombre anualmente a un cabildante para Defensor de Naturales advirtiendo “que podrá recaer el señalamiento en cualquiera de los mismos”15 y un año más tarde16 aclara que los administradores de los pueblos de indios “no han tenido ni tienen facultad de sacar a los naturales de sus comunidades para “conchabarse” (conchabar significa contratar a alguien a un trabajo inferior). Esta explicitación hace suponer que Dr. Francia se había enterado de los abusos de indígenas de algunos funcionarios del Estado y se había indignado de esta herencia colonial.
En esta época no escuchamos de rebeliones y levantamientos, sino solamente de quejas y denuncias que fueron escuchados y tomados en cuenta por el Dictador Supremo. De una expresión religiosa no sabemos nada. Puede ser que Dr. Francia quien daba en 1786 clases de dogmática, moral, latín y Vísperas de Teología en el Seminario San Carlos, Asunción, no se podía apoyar en la Iglesia, la que puso mucha resistencia a la Independencia de la corona de España, conservando el principio del “reinado por derecho divino”17.
Conclusión
Podemos decir que Dr. Francia, a pesar de ser marcado por la corriente filosófica de su época, tenía un gran sentido patriótico, también de justicia e igualdad. Sin embargo, bajo su régimen, conforme a la época, los pueblos indígenas son considerados objetos de protección. En su Estado controlado ya era difícil arriesgarse a rebeliones y levantamientos; máxima intervención que podían hacer era presentarle sus quejas y reclamos justificados. Parece que ya no había esperanza entre los indígenas de volver a ser ellos mismos, existir como pueblo, como nación diferente. Parece que la Independencia de 1811 había causado más dependencia a los indígenas que en la época colonial, vistos ahora como problema para el Estado.19
Queda a la vista que no son los Derechos de los Pueblos Indígenas que otorgan el Estado o las NNUU, lo que va a poner en pie a los pueblos indígenas para re-establecer su autonomía e independencia. Son ellos mismos los que desde su profunda conciencia espiritual deben asumir la lucha por su independencia, apoyándose en los ejemplos y sueños de sus antepasados milenarios de la época colonial quincentenaria y superando la sombra de la época de Independencia bicentenaria. La esperanza de volver a ser algún día una nación más en el futuro Estado plurinacional del Paraguay es una herencia de los antepasados guaraní (pero también los paraguayos son herederos de esta esperanza). Vale la pena escuchar otra vez la voz de los antropólogos reunidos en Barbados:
“Es necesario tener presente que la liberación de las poblaciones indígenas es realizada por ellas mismas, o no es liberación. Cuando elementos ajenos a ellas pretenden representarlas o tomar la dirección de su lucha de liberación, se crea una forma de colonialismo que expropia a las poblaciones indígenas su derecho inalienable a SER PROTAGONISTAS DE SU PROPIA LUCHA” 20
Los guaraníes del Paraguay han demostrado de sobra que son capaces de luchar por su libertad e independencia. En una larga y a la vez sufrida historia de coexistencia con otras culturas en su territorio, sabían resistir con propio pensamiento, con propia palabra, con propio corazón contra una indebida dependencia. Es un desafío para la sociedad paraguaya asumir e integrar esta valiosa herencia en la re- construcción de su identidad.
Anexo
Tratado de paz entre Dr. Francia y el Cacique Calapá´mi
Art.1: ”El mencionado cacique ajusta y promete por sí, y por toda la nación y parcialidad de mbayás catibebos, que vivirán todos en adelante en perfecta paz, amistad y buena armonía con el Supremo Dictador de la República del Paraguay y con todos los vecinos, naturales o moradores en los establecimientos de ella, debiendo del mismo modo por parte de la república y del Supremo Jefe de ella, conservarse con ellos la amistad, paz y buena armonía, que se ha ajustado, poniéndose en olvido todo lo pasado, con declaración de que en la parcialidad de expresado Cacique se comprehenden seis caciques menores, que viven incorporados en ella, y son de la misma nación Catibebo……como también las familias guanás Cainoconoes que dependen de presente cacique contratante y le tributan vasallaje”
Art. 6…participarán obligatoriamente en las expediciones de la República contra cualquier tercera nación….; igualmente si son atacados, las Fuerzas de la República más próximas le protegerán y rechazarán como a una nación amiga que se halla bajo la protección de la república”.
MARGOT BREMER
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1La segunda parte se pondrá en la bimensual de abril.
2Susnik, La Independencia y el Indígena, Asunción 2010, 14
3 Meliá, El Guaraní conquistado y reducido, Asunción 1986, 29.
4Carta de Rivadaneira al Consejo de Indias en Sevilla, escrita 1539 citado en B.Susnik, La Independencia y el Indígena, Asunción 2010, 33
6cf. Meliá, ibid. 31
7CI 1877: 632, citado por Meliá, ibid., 31
8Meliá, ibid., 32
9Documentos no citados en: Susnik, Brnislava, La Independencia y el Indígena, 38
10Susnik, ibid.38
11 Meliá, El Guaraní, conquistado y reducido, Asunción 1986, 38
12Antes de 1811 la gente se constituía en una comunidad de conciencias, pero después el Estado les hace pasar a la conciencia de comunidad, es decir, que a través de la política ha llegado a la etapa de nación.
13Aquí me he apoyado en la ponencia del P. Zanardini.
Recién en 1981, con la promulgación de la Ley 904 llamado “Estatuto de las Comunidades Indígenas” se reconocen los derechos colectivos de los pueblos indígenas y se empieza un proceso de devolución de los territorios fiscalizados.
14“Durante este período (el Gobierno del Dr. Francia), se mantuvo el régimen de la propiedad inmobiliaria existente durante la Colonia en cuanto a los pueblos de origen indio y de origen español. Existían 21 pueblos de origen indio, en los cuales se respetaron la organización primitiva y sus campos comunales. Esto se circunscribió la acción Estatal en relación a los pobladores nativos”. (Fundamentación de la Ley 904, 18 de dic.1981). Por otra parte, con este decreto de Francia, todos los indígenas del Chaco y gran parte de la región Oriental, oficialmente perdieron sus tierras, sin embargo ellos siguieron viviendo en sus bosques sin saber siquiera de lo que había sucedido. Recién muchos años después al extenderse las estancias o las empresas tanineras o yerbateras con los nuevos dueños, se dieron cuenta que los propietarios de tierras por miles de años, habían pasado a ser peones y esclavos en su propio territorio.
15Orden del Dr. Francia, 16 de julio 1822, Vol. 235.Num.11. S. Hist.
16Aclaración del Dr. Francia, 16 de julio 1823
17Alfredo Viola, Real Patronato y Obispos del Paraguay Colonial, Asunción 202, 20/21 y 34/35
19Solamente hace un par de décadas, el P. Meliá proféticamente declaró que en vez de un problema, ellos serán la solución de nuestros problemas, palabra que se está haciendo verdad en este corto recorrido de tiempo.
20Declaración de Barbados, citado en: Chase Sardi, Indios y Merco Sur, Asunción 1997, 38.
FUENTE: http://www.conapi.rg.py/