martes, 9 de noviembre de 2010

Estudios arqueológicos sobre etnia guaraní

Estudios arqueológicos sobre etnia guaraní
El Museo español de arte rupestre de Altamira acogió el proyecto científico sobre la etnia guaraní Paî Tavyterâ desarrollado por el Museo en Amambay de Paraguay y los resultados de la investigación realizada en sus yacimientos arqueológicos. El trabajo se llevó a cabo en la primavera de 2008 por un equipo multidisciplinar del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, que se desplazó al departamento paraguayo de Amambay para estudiar el arte rupestre del abrigo Itaguy Guasú, situado en el cerro Jasuka Venda, centro del territorio de los Paî Tavyterã.
Los Paî Tavyterã son una etnia guaraní, compuesta por unas 12.000 personas residentes en unas 50 comunidades de Amambay y Jasuka Venda es su cerro sagrado, cuyo nombre significa “ Pueblo del Centro del Mundo ” , según informó hoy el Museo de Altamira en un comunicado. El cerro Jasuka Venda cuenta con varios abrigos con un arte rupestre caracterizado por la representación de pisadas de animales y de humanos, grabadas junto a otros signos.
La investigación ha permitido el estudio de uno de los sitios más espectaculares (con 60 metros de desarrollo, 260 metros cuadrados de superficie grabada y 1.353 motivos registrados), así como una aproximación a otros enclaves de la misma región. Tras los estudios, los científicos determinaron que Amambay es la región con mayor cantidad y densidad de abrigos de este tipo de arte, presente en otros países de América del Sur.
La excavación arqueológica del abrigo permitió cifrar la antigüedad del yacimiento en más de 5.000 años, que es la datación conocida más antigua de poblamiento para Paraguay. Se trata además de uno de los pocos enclaves donde un pueblo indígena se vincula simbólicamente con el arte rupestre.
El Museo de Altamira ha realizado el estudio del patrimonio arqueológico a iniciativa de la Asociación de Comunidades Indígenas Paî Retã Joaju y con la ONG Servicio de Apoyo Indígena. El proyecto fue subvencionado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y con la implicación de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio español de Cultura. (abc.com.py)

Corrientes: hay descendientes de la etnia guayá en los Esteros

Corrientes: hay descendientes de la etnia guayá en los Esteros
Según el último reporte del censo de la Argentina , realizado el 27 de octubre del añoe en curso, en una zona inhóspita del Iberá habita un hombre que dijo pertenecer a un pueblo originario .
El segundo día del relevamiento censal realizado en la zona de los Esteros arrojó una sorpresa para los censistas: un poblador asegura ser descendiente directo de los guayás, una etnia que existió siglos atrás en Corrientes y de la que se estimaba que ya no quedaban vestigios.
El primer nativo censado en Corrientes vive con su familia en un lugar casi inhóspito del departamento de Concepción, al cual sólo se accede por aire o agua. Con este dato la Provincia inauguró el ítem agregado al cuestionario del Censo 2010 referido a los pueblos originarios.
Según la coordinadora de instrucción del operativo, Marta Wenzel, “las preguntas aplicadas en la zona son similares al resto, aunque con algunas adaptaciones al entorno rústico, para esto los censistas fueron capacitados especialmente para este operativo”, expresó a La República.Y agregó: “Por suerte, uno de los censistas habla muy bien el guaraní; esto permitió que el trabajo se concretara ya que muchos de los habitantes de la zona se manejan casi exclusivamente en ese idioma”.
Lugares inaccesibles En los dos departamentos que forman parte de los Esteros del Iberá, Concepción e Ituzaingó, se capacitaron unas 7 personas para relevar la zona de los humedales. Todos son profesionales que calificaron para el trabajo, según lo señalado desde la oficina del Indec local. Además de manejar la lengua guaraní y conocer el territorio, el grupo debió enfrentar en los dos días de relevamiento la dificultad de las vías de acceso. En algunas zonas, el terreno se impone al hombre y no hay posibilidad de llegar hasta los habitantes, más que por vía terrestre. www.diariolarepublica.com.ar

Herencia guaraní

 
Como el té fue mascado por los primeros habitantes de las latitudes donde crece la camelia, el mate lo fue por los guaraníes, habitantes de la selva sudamericana. Regalo de los dioses, la yerba mate es una síntesis de la selva misma, del verde profundo del sur del Amazonas, de su vida y su energía. Y es la infusión de estas tierras por excelencia, la segunda bebida más consumida en el país después del agua de la canilla. Hoy, este blog le rinde homenaje, porque no hay argentino que no haya vivido algún “momento de mate”. 
 Guariní significa guerrero en la lengua de los avá, los grandes hombres que buscaban la “Tierra sin Mal”. Su ambición conquistadora y su cultura milenaria los convirtió en grandes luchadores que se mantuvieron siempre en zonas selváticas con precipitaciones todo el año donde, además de cazar, practicaron la agricultura con el maíz y la mandioca como base de su alimentación. 


Ilustración de Aldo Chappe en “Caá Porá, el espíritu de la Yerba Mate”
Para los avá, la yerba mate siempre se mantuvo silvestre, era el regalo divino que los mantenía fuertes y en alerta que, además de alimento, fue considerado medicina, bien ritual y medio de adivinación; lo consumían en calabazas y con bombillas hechas de caña. La llamaron caá, el nombre de la selva.  
Fue mercancía de intercambio y alimento que se ofrecía a los pares. Esta infusión americana se conoció como “el té de los jesuitas”, porque fueron ellos quienes desarrollaron las plantaciones de las cuales siempre se mantuvieron cerca, en la provincia de Misiones, norte de Corrientes, Paraguay y sur de Brasil. Fueron ellos los primeros en descubrir que las semillas de este árbol silvestre sólo germinaban después de haber pasado por el sistema digestivo de aves como el tucán. Pero los jesuitas se llevaron el secreto con el destierro a fines del siglo XVIII y recién en 1903 nacieron en Santa Ana, Misiones, las primeras plantaciones modernas. De todos modos, la mayor parte de nuestra historia – casi hasta la década del 70- los argentinos consumimos mayoritariamente yerba importada de Brasil y Paraguay. 
Carlos Thays estudió a fondo la yerba y trajo a Buenos Aires las primeras plantas que echaron raíces en suelo argentino, con tierra “colorada” incluida. La semana pasada, con motivo del Bicentenario, por supuesto, el Jardín Botánico, el Gobierno de la Ciudad y la Estancia Las Marías replantaron la parcela en la que el paisajista había trabajado en Buenos Aires. Hoy se puede visitar y seguir su crecimiento en el corazón del jardín porteño.
 
Desgustando caá
Después de la presentación de la planta y el descubrimiento de la placa correspondiente, disfruté de una híper profesional degustación. La sommelier Valeria Trápaga, egresada de la Escuela Argentina de Sommeliers, nos enseñó a preparar un auténtico mate criollo de la mejor forma, para poder apreciar esa amargura que da energía y reúne amistades. Con maridajes de lujo, probamos yerba Taragüí y la edición Premium de La Merced en las versiones Del Campo y Barbacuá. Realmente sabrosas y bien distintas. 
La yerba es un alimento muy rico en antioxidantes y minerales, estimula y restaura el sistema nervioso central y equilibra el sistema digestivo. Voy a volver a esta infusión que para los guaraníes -como para los japoneses en la ceremonia del té- tiene un anitrión, el que sirve, y el mate -como el cuenco- se pasa de mano en mano, se comparte y se relaciona directamente con el arte de recibir, de ofrecer algo al otro.