La Cámara de Senadores aprobó ayer, con modificaciones, que el último sábado de febrero de cada año sea celebrado el “Día Nacional del Tereré”.
El proyecto de ley, originario de Diputados que fue aprobado, solicitaba que el día sea no solo del tereré, sino también del ka’ay (mate).
“Teniendo en cuenta que el Senado argentino ya aprobó al mate como bebida nacional creímos oportuno que acá sea solo el tereré”, indicó la senadora Iris Rocío González.
Añadió que no se cierra la posibilidad de que en un futuro se trate la posibilidad de establecer al tereré como bebida nacional de Paraguay.
El proyecto pasa nuevamente a Diputados, y éstos tendrán que aprobar la modificación del senado o bien ratificarse en su primera idea. Si se aprueban las modificaciones, ya será ley.
Por su parte el diputado Dionisio Ortega, autor del proyecto de ley, manifestó que tanto el tereré como el ka’ay y la guarania son patrimonio nacional, por lo que es importante conservar estos elementos que hacen a la identidad del paraguayo.
Según lo que expresa el proyecto de ley, tomar tereré es toda una ceremonia nacional que nos hace sentir auténticamente paraguayos, que además supera los tiempos sin importar las clases sociales ni las filiaciones políticas.
Ello no significa un mate helado, de ninguna manera.
El tereré es uno de los rasgos distintivos, si los hay, de la identidad paraguaya, pero el que, para agradar al paladar, depende mucho de su aderezo con yuyitos diversos, como el cocú, la menta-í, el capi-í katí, la verbena, el burrito, el taropé, ysy-poperé, las batatillas y el cedrón capi-í, entre otros muchos, en cuya denominación predomina el guaraní.
Mezcla de hojas y raíces que, aplastadas en un mortero, generalmente de palo santo, probablemente conforman un antídoto a la falta general de higiene en la alimentación que cientos de miles de puestitos venden en las calles, sin el más mínimo hábito de limpieza.
El control de calidad de los comestibles y productos en general, está ausente en el mercado de abasto y en todos los otros centros de venta en el territorio nacional, incluyendo los supermercados, modernos y lujosos shopping y despensas y almacenes de barrio.
El tereré se bebe en todos los hogares del país y es la única actividad en la que hay similitud de hábitos y abundantes gestos de amabilidad, que hasta podrían ser de fraternidad y unidad nacional si los tipos de utensilios y los temas de conversación, no revelaran las diferencias de clases sociales y sus respectivos intereses.
Notables diferencias hay en el temario durante las permanentes rondas de tereré.
Los albañiles hablan de la escasez de empleo, lo poco que ganan y la carestía de la vida, los pocos científicos verdaderos debaten conocimientos, los tecnólogos se enfrascan en los nuevos modelos informáticos, y los empresarios en lo de siempre, cómo hacer para aumentar su fortuna. Disminuir los salarios y el personal, es la fórmula que primero les viene a la cabeza.
En lo que sí hay uniformidad es que el tereré debe estar bien frío y tener buen gusto, dos elementos irrenunciables.
Cuando está soso, insulso, rápidamente se le abandona sin mediar palabra.
*Especial para Argenpress.info
“Teniendo en cuenta que el Senado argentino ya aprobó al mate como bebida nacional creímos oportuno que acá sea solo el tereré”, indicó la senadora Iris Rocío González.
Añadió que no se cierra la posibilidad de que en un futuro se trate la posibilidad de establecer al tereré como bebida nacional de Paraguay.
El proyecto pasa nuevamente a Diputados, y éstos tendrán que aprobar la modificación del senado o bien ratificarse en su primera idea. Si se aprueban las modificaciones, ya será ley.
Por su parte el diputado Dionisio Ortega, autor del proyecto de ley, manifestó que tanto el tereré como el ka’ay y la guarania son patrimonio nacional, por lo que es importante conservar estos elementos que hacen a la identidad del paraguayo.
Según lo que expresa el proyecto de ley, tomar tereré es toda una ceremonia nacional que nos hace sentir auténticamente paraguayos, que además supera los tiempos sin importar las clases sociales ni las filiaciones políticas.
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PARAGUAY: TERERÉ INSULSOJosé Antonio Vera*
Infusión indispensable bajo los tórridos 40 grados promedio del largo verano paraguayo, intensificado por el creciente recalentamiento del planeta, el tereré es la bebida nacional por excelencia, cuyos elementos de base son la yerba mate y el agua helada. Después viene la cerveza.PARAGUAY: TERERÉ INSULSOJosé Antonio Vera*
Ello no significa un mate helado, de ninguna manera.
El tereré es uno de los rasgos distintivos, si los hay, de la identidad paraguaya, pero el que, para agradar al paladar, depende mucho de su aderezo con yuyitos diversos, como el cocú, la menta-í, el capi-í katí, la verbena, el burrito, el taropé, ysy-poperé, las batatillas y el cedrón capi-í, entre otros muchos, en cuya denominación predomina el guaraní.
Mezcla de hojas y raíces que, aplastadas en un mortero, generalmente de palo santo, probablemente conforman un antídoto a la falta general de higiene en la alimentación que cientos de miles de puestitos venden en las calles, sin el más mínimo hábito de limpieza.
El control de calidad de los comestibles y productos en general, está ausente en el mercado de abasto y en todos los otros centros de venta en el territorio nacional, incluyendo los supermercados, modernos y lujosos shopping y despensas y almacenes de barrio.
El tereré se bebe en todos los hogares del país y es la única actividad en la que hay similitud de hábitos y abundantes gestos de amabilidad, que hasta podrían ser de fraternidad y unidad nacional si los tipos de utensilios y los temas de conversación, no revelaran las diferencias de clases sociales y sus respectivos intereses.
Notables diferencias hay en el temario durante las permanentes rondas de tereré.
Los albañiles hablan de la escasez de empleo, lo poco que ganan y la carestía de la vida, los pocos científicos verdaderos debaten conocimientos, los tecnólogos se enfrascan en los nuevos modelos informáticos, y los empresarios en lo de siempre, cómo hacer para aumentar su fortuna. Disminuir los salarios y el personal, es la fórmula que primero les viene a la cabeza.
En lo que sí hay uniformidad es que el tereré debe estar bien frío y tener buen gusto, dos elementos irrenunciables.
Cuando está soso, insulso, rápidamente se le abandona sin mediar palabra.
*Especial para Argenpress.info